En el barrio como en cualquier otro
barrio, de lunes a sábado los días transcurren
con las actividades propias de cada uno de sus habitantes.
Cuando la madrugada raudamente se acerca
al amanecer, entre los cantos de gallos y el cacarear de gallinas inquietas que
ansían la claridad del nuevo día para abandonar el árbol, la mata, el crují o
cualquier palo atravesado que les sirvió como palo de gallinero durante la
noche y el aroma del café que hierve ya en los fogones de las casa que se
expande por todo el barrio se inicia el nuevo día
Así
comienza el ajetreo diario, señoras barriendo el frente de la casa o regando
las matas sembradas en materos improvisados con latas de manteca, galleta de
soda, potes de leche o una vieja olla de aluminio ahumada o deformada que se le
sigue sacando provecho para este fin en lo que forma el pequeño jardín
Con la salida de los primeros rayos del
sol comienza el movimiento por las calles del barrio, los señores vianda en
mano a pie o en bicicleta se dirigen a su trabajo intercambiando saludos con
los vecinos, dando o pidiendo la bendición a familiares.
Los niños y niñas aun somnolientos se
dirigen a la escuelita del barrio o a hacer el mandado mañanero en cualquiera
de las bodegas que las hay en casi todas las esquinas
También a esa hora es el movimiento en
las pilas de agua repartidas en las calles del barrio, las personas se dirigen
o regresan con sus latas o peroles para cargar el agua
Van apareciendo e incorporándose al
ajetreo del barrio los distintos vendedores o pregoneros en bicicletas de
repartos, carruchas carros de mula, o a pie con un Baque a la cabeza ofreciendo
los distintos productos, frutas, verduras, leche, pan, pescado e intercambiando
saludos y comentarios sobre la actualidad
Los pocos vecinos que han tenido la
dicha de haber comprado un radio, desde muy temprano en la mañana lo encienden
y sintonizan RADIO CORO poniéndole el
volumen alto para escucharlo desde afuera y compartir con los vecinos cercanos
y transeúntes las noticias del día.
De haberse producido una noticia
importante que impacte y más si ha sucedido en el barrio, alguno de los vecino
manda a comprar el Diario La Mañana y se lo van pasando de vecino a vecinos para
estar informado, las personas que no sabían leer, que eran muchas se valían de
cualquier joven o el hijo de algún vecino para que se lo leyera, se
Se formaban grupos de tertulia y opinión sobre lo ocurrido no faltaban los que se iban
personalmente al sitio a averiguar lo ocurrido a estos siempre los acompañaban
un grupo de muchachos descalzos y desnudo a la cinta arriba (sin camisa) que
compiten entre sí por llegar primero al sitio
Así transcurre la mañana con comentarios entre vecinos, vendedores y
transeúntes hasta el inicio del medio día
cuando nuevamente en las calle se dejan sentir los jóvenes que regresan
del primer turno de la escuela y algunos padres que trabajan y regresan a
almorzar, poco a poco las calles van quedando desoladas, el sol es inclemente
en su paso buscando la tarde y en las casas después del almuerzo las personas descansas en hamacas,
chinchorros o tirados en el suelo siguiendo las novelas que eran trasmitidas
por radio rumbos y retransmitidas por radio Punto Fijo a esa hora (Los Tres
Villalobos, Martin Valiente, Kadil El Árabe, Tamakun y otras)para luego salir
nuevamente a la escuela o el trabajo,
Por la tarde ya después de las cinco
comienza nuevamente el regreso a casa de los estudiantes, señoras que regresan
de alguna diligencia en el centro y los señores
que ya han cumplido con su trabajo, estos después de bañarse y cenar
sacan una silla a la calle la recuestan a la pared casi siempre en camisilla o sin camisa para
tomar aire y esperar la llegada de la noche entre saludos a vecinos y
transeúnte que se detienen a saludar y a conversar, a lo largo de la calle se
ve la misma escena, las mujeres se van incorporando y aprovechan para adelantar
el trabajo del día siguiente desgranando mazorcas de maíz, escogiendo los
granos, pelando quinchoncho o tejiendo con su triangulo cortes de alpargata u
otros oficios o simplemente barriendo el
frente de la casa y regándolo para apaciguar el polvo y el calor.
Así
llega la noche y los vecinos que tienen radio están pendientes de
sintonizar y compartir El Diario del Aire de radio Coro con Gonzalo Márquez
Yanes programa de noticias y opinión diariamente por Radio Coro con los
acontecimientos y noticias del día
Los muchachos y muchachas algunos haciendo tareas y los que
ya la terminaron se van amontonando para disfrutar los juegos propios del momento: escondidas, palito
mantequillero, librada, los bandidos, carreras con rines o cualquier juego con
un juguete fabricado con alguna lata o desechos de madera
Este es El Barrio Curazaito para las
épocas de los años 50-60, en el que nací, crecí, compartí y disfrute felizmente
mi infancia y adolescencia, donde la solidaridad que existía entre los
habitantes era lo más importante, si alguien se enfermaba, sufría
un accidente o fallecía, allí estaba todo el barrio aportando y colaborando en
lo que le fuera posible para ayudar, Si una madre no tenía con quien dejar a
sus hijos por diligencia o trabajo otra madre se los cuidaba y les daba de
comer, si había una persona mayor que vivía sola los vecinos estaban pendiente
de dale su vueltecita y llevarle comida
A si la solidaridad era casi que una
obligación entre los habitantes del barrio.
En el barrio como en cualquier otro
barrio, de lunes a sábado los días transcurren
con las actividades propias de cada uno de sus habitantes.
Cuando la madrugada raudamente se acerca
al amanecer, entre los cantos de gallos y el cacarear de gallinas inquietas que
ansían la claridad del nuevo día para abandonar el árbol, la mata, el crují o
cualquier palo atravesado que les sirvió como palo de gallinero durante la
noche y el aroma del café que hierve ya en los fogones de las casa que se
expande por todo el barrio se inicia el nuevo día
Así
comienza el ajetreo diario, señoras barriendo el frente de la casa o regando
las matas sembradas en materos improvisados con latas de manteca, galleta de
soda, potes de leche o una vieja olla de aluminio ahumada o deformada que se le
sigue sacando provecho para este fin en lo que forma el pequeño jardín
Con la salida de los primeros rayos del
sol comienza el movimiento por las calles del barrio, los señores vianda en
mano a pie o en bicicleta se dirigen a su trabajo intercambiando saludos con
los vecinos, dando o pidiendo la bendición a familiares.
Los niños y niñas aun somnolientos se
dirigen a la escuelita del barrio o a hacer el mandado mañanero en cualquiera
de las bodegas que las hay en casi todas las esquinas
También a esa hora es el movimiento en
las pilas de agua repartidas en las calles del barrio, las personas se dirigen
o regresan con sus latas o peroles para cargar el agua
Van apareciendo e incorporándose al
ajetreo del barrio los distintos vendedores o pregoneros en bicicletas de
repartos, carruchas carros de mula, o a pie con un Baque a la cabeza ofreciendo
los distintos productos, frutas, verduras, leche, pan, pescado e intercambiando
saludos y comentarios sobre la actualidad
Los pocos vecinos que han tenido la
dicha de haber comprado un radio, desde muy temprano en la mañana lo encienden
y sintonizan RADIO CORO poniéndole el
volumen alto para escucharlo desde afuera y compartir con los vecinos cercanos
y transeúntes las noticias del día.
De haberse producido una noticia
importante que impacte y más si ha sucedido en el barrio, alguno de los vecino
manda a comprar el Diario La Mañana y se lo van pasando de vecino a vecinos para
estar informado, las personas que no sabían leer, que eran muchas se valían de
cualquier joven o el hijo de algún vecino para que se lo leyera, se
Se formaban grupos de tertulia y opinión sobre lo ocurrido no faltaban los que se iban
personalmente al sitio a averiguar lo ocurrido a estos siempre los acompañaban
un grupo de muchachos descalzos y desnudo a la cinta arriba (sin camisa) que
compiten entre sí por llegar primero al sitio
Así transcurre la mañana con comentarios entre vecinos, vendedores y
transeúntes hasta el inicio del medio día
cuando nuevamente en las calle se dejan sentir los jóvenes que regresan
del primer turno de la escuela y algunos padres que trabajan y regresan a
almorzar, poco a poco las calles van quedando desoladas, el sol es inclemente
en su paso buscando la tarde y en las casas después del almuerzo las personas descansas en hamacas,
chinchorros o tirados en el suelo siguiendo las novelas que eran trasmitidas
por radio rumbos y retransmitidas por radio Punto Fijo a esa hora (Los Tres
Villalobos, Martin Valiente, Kadil El Árabe, Tamakun y otras)para luego salir
nuevamente a la escuela o el trabajo,
Por la tarde ya después de las cinco
comienza nuevamente el regreso a casa de los estudiantes, señoras que regresan
de alguna diligencia en el centro y los señores
que ya han cumplido con su trabajo, estos después de bañarse y cenar
sacan una silla a la calle la recuestan a la pared casi siempre en camisilla o sin camisa para
tomar aire y esperar la llegada de la noche entre saludos a vecinos y
transeúnte que se detienen a saludar y a conversar, a lo largo de la calle se
ve la misma escena, las mujeres se van incorporando y aprovechan para adelantar
el trabajo del día siguiente desgranando mazorcas de maíz, escogiendo los
granos, pelando quinchoncho o tejiendo con su triangulo cortes de alpargata u
otros oficios o simplemente barriendo el
frente de la casa y regándolo para apaciguar el polvo y el calor.
Así
llega la noche y los vecinos que tienen radio están pendientes de
sintonizar y compartir El Diario del Aire de radio Coro con Gonzalo Márquez
Yanes programa de noticias y opinión diariamente por Radio Coro con los
acontecimientos y noticias del día
Los muchachos y muchachas algunos haciendo tareas y los que
ya la terminaron se van amontonando para disfrutar los juegos propios del momento: escondidas, palito
mantequillero, librada, los bandidos, carreras con rines o cualquier juego con
un juguete fabricado con alguna lata o desechos de madera
Este es El Barrio Curazaito para las
épocas de los años 50-60, en el que nací, crecí, compartí y disfrute felizmente
mi infancia y adolescencia, donde la solidaridad que existía entre los
habitantes era lo más importante, si alguien se enfermaba, sufría
un accidente o fallecía, allí estaba todo el barrio aportando y colaborando en
lo que le fuera posible para ayudar, Si una madre no tenía con quien dejar a
sus hijos por diligencia o trabajo otra madre se los cuidaba y les daba de
comer, si había una persona mayor que vivía sola los vecinos estaban pendiente
de dale su vueltecita y llevarle comida
A si la solidaridad era casi que una
obligación entre los habitantes del barrio.
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