viernes, 5 de junio de 2020

Un día cualquiera en el Barrio

En el barrio como en cualquier otro barrio, de lunes a sábado  los días transcurren con las actividades propias de cada uno de sus habitantes.

Cuando la madrugada raudamente se acerca al amanecer, entre los cantos de gallos y el cacarear de gallinas inquietas que ansían la claridad del nuevo día para abandonar el árbol, la mata, el crují o cualquier palo atravesado que les sirvió como palo de gallinero durante la noche y el aroma del café que hierve ya en los fogones de las casa que se expande por todo el barrio se inicia el nuevo día

 Así comienza el ajetreo diario, señoras barriendo el frente de la casa o regando las matas sembradas en materos improvisados con latas de manteca, galleta de soda, potes de leche o una vieja olla de aluminio ahumada o deformada que se le sigue sacando provecho para este fin en lo que forma el pequeño jardín

Con la salida de los primeros rayos del sol comienza el movimiento por las calles del barrio, los señores vianda en mano a pie o en bicicleta se dirigen a su trabajo intercambiando saludos con los vecinos, dando o pidiendo la bendición a familiares.

Los niños y niñas aun somnolientos se dirigen a la escuelita del barrio o a hacer el mandado mañanero en cualquiera de las bodegas que las hay en casi todas las esquinas

También a esa hora es el movimiento en las pilas de agua repartidas en las calles del barrio, las personas se dirigen o regresan con sus latas o peroles para cargar el agua

Van apareciendo e incorporándose al ajetreo del barrio los distintos vendedores o pregoneros en bicicletas de repartos, carruchas carros de mula, o a pie con un Baque a la cabeza ofreciendo los distintos productos, frutas, verduras, leche, pan, pescado e intercambiando saludos y comentarios sobre la actualidad

Los pocos vecinos que han tenido la dicha de haber comprado un radio, desde muy temprano en la mañana lo encienden y sintonizan RADIO CORO  poniéndole el volumen alto para escucharlo desde afuera y compartir con los vecinos cercanos y transeúntes las noticias del día.
De haberse producido una noticia importante que impacte y más si ha sucedido en el barrio, alguno de los vecino manda a comprar el Diario La Mañana y se lo van pasando de vecino a vecinos para estar informado, las personas que no sabían leer, que eran muchas se valían de cualquier joven o el hijo de algún vecino para que se lo leyera, se
Se  formaban grupos de tertulia y opinión  sobre lo ocurrido no faltaban los que se iban personalmente al sitio a averiguar lo ocurrido a estos siempre los acompañaban un grupo de muchachos descalzos y desnudo a la cinta arriba (sin camisa) que compiten entre sí por llegar primero al sitio

Así transcurre la mañana  con comentarios entre vecinos, vendedores y transeúntes hasta  el inicio  del medio día  cuando nuevamente en las calle se dejan sentir los jóvenes que regresan del primer turno de la escuela y algunos padres que trabajan y regresan a almorzar, poco a poco las calles van quedando desoladas, el sol es inclemente en su paso buscando la tarde y en las casas después del almuerzo  las personas descansas en hamacas, chinchorros o tirados en el suelo siguiendo las novelas que eran trasmitidas por radio rumbos y retransmitidas por radio Punto Fijo a esa hora (Los Tres Villalobos, Martin Valiente, Kadil El Árabe, Tamakun y otras)para luego salir nuevamente a la escuela o el trabajo,

Por la tarde ya después de las cinco comienza nuevamente el regreso a casa de los estudiantes, señoras que regresan de alguna diligencia en el centro y los señores  que ya han cumplido con su trabajo, estos después de bañarse  y cenar  sacan una silla a la calle la recuestan a la pared  casi siempre en camisilla o sin camisa para tomar aire y esperar la llegada de la noche entre saludos a vecinos y transeúnte que se detienen a saludar y a conversar, a lo largo de la calle se ve la misma escena, las mujeres se van incorporando y aprovechan para adelantar el trabajo del día siguiente desgranando mazorcas de maíz, escogiendo los granos, pelando quinchoncho o tejiendo con su triangulo cortes de alpargata u otros oficios  o simplemente barriendo el frente de la casa y regándolo para apaciguar el polvo y el calor.

Así  llega la noche y los vecinos que tienen radio están pendientes de sintonizar y compartir El Diario del Aire de radio Coro con Gonzalo Márquez Yanes programa de noticias y opinión diariamente por Radio Coro con los acontecimientos y noticias del día

Los muchachos  y muchachas algunos haciendo tareas y los que ya la terminaron se van amontonando para disfrutar los juegos  propios del momento: escondidas, palito mantequillero, librada, los bandidos, carreras con rines o cualquier juego con un juguete fabricado con alguna lata o desechos de madera

Este es El Barrio Curazaito para las épocas de los años 50-60, en el que nací, crecí, compartí y disfrute felizmente mi infancia y adolescencia, donde la solidaridad que existía entre los habitantes  era lo más  importante, si alguien se enfermaba, sufría un accidente o fallecía, allí estaba todo el barrio aportando y colaborando en lo que le fuera posible para ayudar, Si una madre no tenía con quien dejar a sus hijos por diligencia o trabajo otra madre se los cuidaba y les daba de comer, si había una persona mayor que vivía sola los vecinos estaban pendiente de dale su vueltecita  y llevarle comida

A si la solidaridad era casi que una obligación entre los habitantes del barrio.

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